Saliendo
hace poco, decidimos que extrañábamos eso, así que emprendimos una cita a la antigua, nosotros y Tato.
Así que nos fuimos de casa al Museo Participativo de Ciencias, en el Centro Cultural Recoleta, que está buenísimo.
Antes pasamos por el Buenos Aires Design, lugar lleno de cosas caras y copadas de diseño. Compramos dos biromes.
Como Georgina, una amiga que vive muy muy lejos de nosotros trabaja en el CCR, decidimos secuestrarla para tomar un café.
Mientras tanto, Tato consiguió dos globos y los trató de forma inapropiada:
Fué un ratito porque ¡¡¡SOY UN ELEFANTE!!!*
Entramos al CCR, que es un lugar muy copado...
Tato y nosotros hicimos un montón de experimentos. ¡¡¡Hasta pudo jugar con un generador de Vandergraaf!!!
Después fuimos a zomas más tenebrosas...
Cuando salíamos, se estaba haciendo de noche...
Y Tato descubrió la triste verdad de las manzanas acarameladas: son una porquería...
Dejamos a Tato con sus tiítas Laura y Agustina y empezamos la parte adulta de la cita. Ahí nomás nos cruzamos con Anonymous (y un trollface) protestando contra la cientología...
Comimos una picadita en un lugar que se llama Babieca. ¡Gran mortadela! Ví un ejemplo de capitalismo rampante...
Entonces el cobro del secuestro fué arruinado porque nos dieron billetes secuenciales (guachos!)
Resulta que Rosario nunca había ido al Ateneo Grand Splendid, la librería más linda que vi en mi vida, así que fuimos a ver libros y tomar una coca...
El techo es especial...
Es un teatro restaurado, y el bar está en el escenario...
Y se ve el antiguo tablero de luces (desactivado, por suerte)...
Así que estábamos caminando por Corrientes y vimos esto (y sí, podés mentir 7 segundos de tango siguiendo los pasos, pero es jodido para la percanta)...
Y vimos a un chango, en despedida de soltero, rodeado de sus amigos a los gritos, rapado, cubierto de harina, con una zunga de trompa de elefante...
Terminó hablando con un traba de 2 metros con lentejuelas rojas, que gritó "¡que chico sanito!"...
Después de una linda velada en un depto prestado, nos devolvieron a Tato...
Tuvimos un desayuno de 3 horas estilo Hobbit...
Taxi, tren a casa, y llegamos unas 26 horas después de salir. Todos nos divertimos, y salen unas gracias especiales para las mellis, que sin ellas esto no hubiera sido posible.