De San Isidro a Malta y de vuelta.
NOTA Esta es la crónica de un viaje que hice en 2014, y tenía escrita por la mitad. Ya bastante poco escribo como para encima no publicar algo que escribí! Así que acá va. Termina abruptamente, como todo.
Antes que nada: si quieren ver fotos, están acá si ven solo 3, aguanten que tengo que arreglar el plugin de galerias (yupiiii)
Estoy sentado en el aeropuerto de Palermo, comiendo un canoli y tomando un cafecito, y no voy a dejar que este viaje se me escape de la memoria como otros. Porque nunca escribí los últimos días en Londres con Rosario, ni la escapada a Yosemite con Lucio y Chipaca, y ser vago no está bueno. Y porque tengo 5 horas hasta que salga el avión y me embolo.
Entonces... la empresa me mandó a trabajar a Malta unos días, y como pasa casi siempre, hay un día de más al principio, un día de más al final, y los pasajes son más baratos si uno llega el sábado y se va el domingo, así que... que hay cerca de Malta que uno pueda querer visitar? Bueno, un montón de cosas, pero la familia de mi vieja es italiana, y yo nunca puse ni un pie en Italia hasta la semana pasada. Claro, es la otra punta de italia, ellos vivían en la caña de la bota, más o menos adonde estaría el cierre, y Malta queda cerca de la pelota que dicha bota está pateando, Sicilia.
Así que con mi fiel valijita encaré para Italia, Ezeiza->Roma->Palermo->????->Malta y vuelta.
El día del viaje era justo el 23 de mayo, que es el día que la escuela de Tato tenía acto, y Tato hacía de caballero colonial, así que a las 6:30 AM estaba haciendo hebillas para zapato con cartones y papel de aluminio, pero llegó todo a tiempo, y estaba super caballeroso colonialoso el mocoso.
Pero claro, el acto terminó tipo 9:30 y yo no tenía ni hecha la valija, así que corrí... ok, troté... ok, caminé tranqui a casa, hice la valija y salí para Ezeiza con tiempo, más o menos para llegar 2:30 antes, como siempre.
Llego y la gente de la AFIP había decidido que "la letra con sangre entra" (sic). Hace meses que uno puede declarar los aparatos que saca del país via internet. Pero nadie lo hacía, entonces en la ventanilla se negaban a atender a los que no lo tenían hecho. Para que no los lincharan, pusieron un kiosquito de internet (2 compus) y una señora ayudando a hacerlo ahi mismo. Hacías una horita de cola en el kiosco, llenabas el formulario, trotabas a la ventanilla, hacías media horita de cola, firmabas el formulario, y listo!
Pero claro... si tenés 2 horas para llegar al avión, medio que quedás jugado... por suerte me di cuenta que era una vulgar pagina web, y que el aeropuerto tiene wifi gratis, así que la hice en el celu (después de hacer 45 minutos de cola), fui a hacer la otra media hora, y listo!
Aunque... bueno, resulta que Alitalia no sale de ahí. Sale de la terminal C. Y yo estaba en la A. Y el checkin cierra una hora antes del vuelo. Entonces me quedaban 6 minutos para cruzar Ezeiza. NO PROBLEM, llegué con los bofes en la mano, la chica de Alitalia amablemente me recibió la valija, aunque llegué tres minutos tarde, obviamente no había cola en migraciones, y llegué cuando la gente ya estaba abordando.
El vuelo ... tenía un asiento sin nadie adelante en la segunda fila. La 1ra tenia dos asientos, la 3ra tres, y yo estaba en el pasillo. LUGAR pa' las patas! Aunque... al lado mío viajaban dos viejitos. El viejito masculino me dice "a mi me dijeron que este asiento daba al pasillo, porque tengo un problema y tengo que ir al baño cada 30 minutos" y la viejita femenina de la ventanilla llama a la azafata porque su asiento no se reclina.'Así que saqué el caballero interior, me agarré el asiento de la ventanilla, la señora viejita tuvo un asiento que reclina, el señor viejito un asiento en el pasillo (que salía $500 extra, pero no se los cobré), y yo me quedé acovachado en la ventanilla. Lo bueno: la comida no estuvo mal, y las rodillas no tocaban el asiento de adelante, así que todo bien.
Me vi "We are the Millers" y otra que no me acuerdo, me leí más o menos la mitad del 2do libro de Kingkiller Chronicle, y llegamos a Roma. De ahí super tranqui (porque tenía 4 horas para la combinación), me fuí a un bar y me tomé mi primer café en Italia, y me comí mi primera porción de torta. En un estado de éxtasis alimentario, y pensando que este viaje pintaba bien hice tiempo, tomé el vuelo cortito a Palermo, y ahí me esperaba mi ladero automotriz (porque le gusta manejar) Lucio.
Ofendidísimo porque no tenía el cartelito "Mr Alsina" de rigor nos fuimos a buscar el fiat 500 alquilado, y después de media hora averiguando como salir del parking... bueno, salimos del parking. Y nos fuimos a Palermo.
Palermo está hecho bolsa. Es una ciudad que evidentemente en alguna época fué mucho más rica que ahora, porque está llena de edificios antiguos y hermosos venidos abajo, y todo está sucio. Paseamos, sacamos fotos, comimos (pizza! En Italia! YEAH) tomamos, caminamos, etc. Y se nos acabaron las ideas.
Resulta que otros argentinos (Chipaca y Ra) estaban haciendo algo parecido pero en la otra punta de Sicilia, entonces dijimos... vamos? Cuanto se puede tardar en llegar? Bueno, mucho, pero igual nos metimos en la autopista con destino Siracusa. Por el camino, vimos unas 645968 casitas en la cima de una colina, abandonada y hecha bolsa. Millones y millones de naranjos. Cientos de miles de otros arbolitos (olivos?), todos los fiats del universo.
Para llegar a Siracusa hay que pasar por Catania y cruzar casi toda Sicilia. Cuando ya llevábamos unas 4 horas en la autopista dijimos "vayamos a un pueblito" lo que se convirtió en "agarremos la próxima salida", lo que nos llevó a Caltanissetta, tal vez la ciudad menos turística de Sicilia, nos subimos a un estacionamiento en el techo de un negocio de algún ramo misterioso, sacamos una foto y volvimos a la ruta.
No llegamos a Siracusa, llegamos a Catania.
Un detalle de Catania: las calles son casi todas angostitas, y hay mucho tráfico. Por ejemplo, encaramos por una feria callejera, y de golpe un tipo en una especie de Trafic simplemente encaró por el medio tocando bocina, confiando en el instinto de supervivencia Siciliano para no convertirse en asesino serial. Mujeres con carritos de bebé saltando adentro de los stands para que no las pisen, puesteros haciendo gestos obscenos al grito de basssssstarrrrdo!, cosas así. Y así llegamos a una plaza que según Lucio "es igual a Cuba", una iglesia hermosa cerrada y abandonada, pibes jugando a la pelota, montañas de mugre
Pero eso no es nada comparado con la policía en Palermo. Los policías manejan Alfa Romeo. Y tienen sirena. Y el siciliano es algo así como una versión desinhibida del argento, así que en media hora pasaron tres patrulleros a 120 en una callecita medieval, con la sirena a todo dar porque debe ser re divertido.
En Catania probé mi primer canoli siciliano. Y disculpen que me pase el próximo párrafo hablando de lo que es, en el fondo, una simple factura. Igual que la venus de milo es una estatuita rota, igual que cualquier cosa hermosa, preciosa y casi perfecta es un ejemplo de una categoría que la degrada por comparación. Un canoli es una masa aireada, ligera, dulce, envolviendo crema pastelera, o jalea, o nutella, o queso, o casi cualquier cosa que sea blandita y deliciosa. He comido unos 30 canolis esta semana, y todos eran buenos. La parroquia de acólitos de la factura debería organizar peregrinaciones periódicas a Sicilia para que sus miembros puedan apreciar el ideal platónico de la factura. Que se quede París con sus patéticos croissants y sus infumables pain au chocolat. He saboreado el canoli y ahora entiendo perfectamente esto: Leave the gun, take the Canoli.
Pero bueno, paseamos por Catania, el centro es muy bello, hay una estatua horrorosa de un elefante, y nos fuimos a un hotel donde mi cuerpo dijo "llevo 48 horas andando sin parar" y procedió a pasarse a modo hibernación hasta la mañana siguiente.
Al día siguiente teníamos el vuelo a Malta desde Trapani que está ... sí, exactamente en la OOOOOOOTRA punta de Sicilia. Así que fuimos para ahí, y en el camino buscamos en internet algún lugar para ver que no nos desviara mucho. Encontramos Erice. Google nos decía "8km 35 minutos". Lo que Google no nos decía es que eran 35 minutos en cabra porque eso no era un camino para auto. Empezamos a subir por un caminito de montaña, bien pavimentado, pero muy empinado, lleno de curvas cerradísimas, y sin ningún auto. Y subía, y subía, y subía. Y después subía. Hasta que google nos dijo "derecha". Y eso llevaba a una huella de tierra en la cual no podíamos dar vuelta, y sin guarda rail del lado del precipicio. Ahí dijimos fuck google, y volvimos para atrás (30 metros marcha atrás en un camino de tierra a 50cm de un precipicio...) y fuimos a la izquierda. Llegamos al cementerio de Erice, seguimos y llegamos a Erice.
Claro, llegamos y estábamos "che, cuanto tardamos en llegar acá? 2 horas? Y cuanto falta para el avión?" asi que estuvimos un rato y volvimos por... EL OTRO camino a Erice, una autopista panorámica con vista al mar que Lucio se entusiasmó y la bajamos como si fuéramos en un Scalectrix mientras yo sentía que me salía el estómago por las orejas.
Llegamos a Trapani con media hora de margen, tomamos el vuelo de Ryanair y llegamos a Malta.
Para los que nunca hemos viajado en Ryanair, la primera vez puede ser un poco traumática. Es innegable que se vuela barato. Apenas 80 euros para un vuelo ida y vuelta internacional, es barato. Claro, tratan de ganar dinero por otros lados.
Si no pagás, te asignan el asiento al azar. Podés participar en una rifa que cuesta 2 euros y el viaje puede ser gratis. Si no te imprimis el boarding pass, sale 70 euros. Despachar una valija? Cuesta dinero. Si no la despachás y no te dejan llevarla en la cabina? Cuesta más dinero. No querés seguro? Tenés que elegir el país "Don't insure me", entre Denmark y Finland. Y así.
La cabina está sucia porque el avión llegó hace 10 minutos y no lo limpian entre vuelo y vuelo, así que uno barre las migas del asiento, pone el traste y ... la azafata se pasa el vuelo vendiendo cosas por el sistema de altavoces. "Mientras estamos en aguas internacionales, puede comprar Calvin Klein One 100ml por solo 58 euros!"... TODO EL VIAJE.
A favor: sale y llega a tiempo, es baratísimo, y podés usar electrónica todo el viaje.
Y así llegué a Malta, donde me pasé los siguientes días sin ver nada a más de 2 cuadras del hotel, hasta que junté fuerzas y salí un día a caminar un poco.
El viernes, antes de salir, decidí hacer una excursión de verdad y me fuí a M'dina, la ciudad silenciosa.
Y hasta acá me llegaron las ganas de escribir hace mucho tiempo, cuando estaba escribiendo esto. El resto del viaje estuvo bueno, volví bien.